Pidiendo, de entrada, disculpas por si hiero la sensibilidad de las personas más finas al hablar, luego del llamativo cero goles a seis logrado por el `Portu` en San Jorge, no me puedo resistir a la tentación de la escatológica metáfora del estreñimiento y la defecación…
Llevaba demasiado tiempo el Portugalete sin evacuar por el conducto de sus piernas o su testa los goles virtuales que lleva dentro, acumulados en su deseo y su pensamiento. Y tal carga de residuos, o deshechos, le lastraban, convirtiendo en pesado su juego. Y he aquí que en menos de dos horas curó su crónica enfermedad sin apenas meter ruido. El mister, Javi Luaces, a la conclusión del partido, declaró que el juego del equipo había sido similar al de otros partidos como visitante, al de otras mañanas en La Florida…pero con la diferencia del acierto a la hora del remate final. En mi opinión, además de resultarme llamativo tanto desperdicio a la hora de evacuar, la visión de nuestro entrenador no se ajusta a la mía. Luego del varapalo a los morados, me queda claro que lo que presencié a las faldas del Serantes nada tiene que ver con la impotencia de la derrota frente al Amorebieta, justificada, acaso, por la paliza que se dio el equipo para eliminar al histórico Castellón de la final del 73 contra el Athletic, …y el pobre empate frente al “Athletic C”, o sea el Baskonia. Buscando semejanzas, retrocedo tan sólo una semana y me detengo en el `Portugalete, 1 – Amurrio, 0`, que, además de conllevar la primera victoria de este curso balompédico, supuso, con un juego aseado, coherente y, a ratos, atractivo y brillante, el despegue del equipo en lo que se espera un viaje feliz y largo que deposite al Club Portugalete en el aeropuerto del Play-Off; y si es el primero en tomar tierra, miel sobre hojuelas…
Difiriendo del análisis del señor Luaces, no era que, al hacerse pequeña la portería a sus jugadores, éstos fueran incapaces de golear, sino que su juego, deslavazado, impreciso, feo e incoherente, vaya usted a saber por qué, no servía para superar e imponerse a una escuadra ordenada o a una defensa muy poblada…De problema hablamos. De un grave problema. Como es que de cinco partidos disputados, dos en La Florida y tres a domicilio:  dos empates , tres derrotas y ninguna victoria; cuatro goles en contra y dos a favor. Nos encajan poco, pero, a la hora de meter, de dentro no nos sale nada: ¡Estreñimiento! De problema hablamos: de fútbol y de goles…Y he aquí que viene el Amurrio y, al igual que la pasada temporada, nos quita uno de los dos males: el equipo vuelve a la senda del buen juego. Gana, pero sólo marca un gol, y en las postrimerías. Continúa el plantel con el “vientre” lleno…
Dado el primer paso –y para mí, el más importante- a una semana de visitar la diabólica cancha de San Jorge (ese futbolín de hierba de madera), Javi Luaces, a fin de conjugar ese tiempo verbal compuesto del buen juego y la goleada, pone al equipo a dieta incluyendo en sus comidas fibra sin mesura; esa “fibra” que supone realizar todas las sesiones sobre la hierba artificial del mal llamado campo de “Los Llanos” al encontrarse, éste, pegado al de La Florida, en el centro del corazón del barrio de La Florida en el que, a diez metros del estadio, yo nací. Ensayo, en fin, en el “artificio”, a fin de ser horma para el zapato santurtiziarra. “Fibra” a manos llenas por la boca y por la piel  para, así, poner fin a un estreñimiento ya enfermizo. Y he aquí que en la ratonera no caímos nosotros…sino el dueño de la casa que la había llenado de cepos y por seis veces mordió el queso hasta morir estrangulado .Y es que el `Portu` no necesitaba tanto ingerir proteínas, lípidos e hidratos de carbono, como evacuar digestiones mal hechas. Y lo consiguió de una manera completa y del todo elegante, con discreción y alegría contenida. Aunque más allá de la victoria por goleada, yo me quedo con la exquisita, si no perfecta, interpretación de esa deliciosa música barroca, nunca simple, que es el fútbol bien entendido. Una orquesta sinfónica bien afinada gracias al buen gusto de su director y la complicidad de sus dirigidos. En vez de tres líneas desligadas, un solo fuelle a modo de acordeón. Urko Macías, seguro por alto, se convirtió en un privilegiado espectador del modélico comportamiento de sus compañeros. Me encantó, hasta la fascinación, que el equipo, en vez de quitarse la pelota de encima, refugiándose en la excusa de un césped hostil, la echara al suelo para empezar a jugarla desde atrás al ritmo que marcaba el capitán de la nao jarrillera, Ander Vidal. Ha tenido que pasar un lustro entre nosotros el hijo del león que marcara aquel “bacalao” europeo que nunca entró porque, en vez de ser escupido por la tensa red, lo repelió una valla de publicidad, cinco temporadas, decía, se han consumido, para que “Vidal hijo”, con la llegada de Luaces, retrasara su habitual posición de `medio centro` hasta la de defensa central. Cuando el reflujo se produjo, a mi me pareció que el equipo perdía a su mejor centrocampista y, a la vez, al más fiable de sus centrales, Santi Vélez, que del banquillo de finales de 2009-2010 ha pasado a la titularidad defendiendo la verdinegra del Sestao de ahí al ladito, en Las Llanas. Luego del corto periplo de Ander Vidal como líder del equipo desde la zaga, quizás deba revisar mi “teoría del error” que titula el abandono del castreño Santi Vélez de nuestro “paraíso”. En caso de que haya mediado un dios vengativo no me bajo del burro y reincido en mi “teoría”…
Ya en el mar del Abra todo tipo de pelillos, regreso a Vidal, porque sin él no se entiende que, junto a Pinilla, que marcó el gol de su vida, y con la aportación de un central (Bergara) que oficiaba de defensa derecho, y un lateral a pierna cambiada (Goria) en la izquierda, o sea, todo un marrón, el balón se moviera en la retaguardia anchando el campo con tanta destreza y rapidez que los morados, con la vista cansada de tanto giro de cuello, musitaban; “Nos la están metiendo por los ojos”. Creados de este modo los espacios necesarios para la fabricación de futbol, se producían los desmarques de apoyo de los centrocampistas . Y así era como, ante el pasmo de sus marcadores, Javi “Mac Arthur” González -¡soberbio!- se giraba, retrocedía tres pasos para recibir y daba rienda suelta a sus maneras de futbolista de primera división…Y Alberto Pérez -¡colosal!- surcaba el campo vertical y poderoso. Mikel Moreno era el hombre tranquilo que daba equilibrio al bloque desde la medular. El zurdo Clausi, el tesoro que nos trajimos de Illescas, a pesar de vivir un tanto desasistido, tuvo la virtud de saber esperar y no cejar en el empeño hasta anotar un gol de pañuelos y bandera que celebró expirando con su puño cerrado toda la rabia que tenía contenida. Mientras tanto, más allá de  tamaña exhibición, se dio la paradoja de que en tan abultada goleada los dos delanteros titulares, Gondra y Etxabe, no pusieran el granito que, ya que se jugaba en Santurtzi, habría supuesto un “chicharro”. Ni Carreño, que saltó en el 56.  Tuvo que comparecer Salcedo, a fin de dar su merecido descanso y homenaje a un Javi González mentalmente extenuado de tanto crear para, a punto el árbitro de llevarse el silbato a la boca por última vez, en el último mano a mano entre un jarrillero y el portero Igartua, que se había puesto entre los palos luego de la roja directa mostrada a su colega Juanes, llevar el balón a la red salvando, así, la honrilla de sus compañeros de vanguardia…
Contenta la afición por tan gran hazaña, y a la vez disgustada por la presunta lesión de Bergara (suplido por Aguiar en el descanso) y la estúpida expulsión del ex jugador del Bilbao Athletic Eriz Goiria, el señor Azkuenaga, demostrando desconocer su reglamento, creyendo ser compasivo con el sufriente, no es que no prolongara lo justo y exigible, sino que decretó el final antes de que en el luminoso se dibujara el número 45; decisión con la que, además de incumplir lo que le ordena la legislación, menospreciaba al vencido con un detalle humillante. Pero como en este juego son los futbolistas los que tienen la última palabra y ponen el broche final a la fiesta, morados y jarrilleros hablaron de deportividad a base de buenos deseos, abrazos y besos…
Y el domingo, 17 de octubre, a partir de las once y media de la mañana, el Sestao, ese histórico que, a la fuerza, luego de “desaparecer”, burló la ley con la trampa de convertir su apodo “River” en legítimo apellido…visita nuestra vieja Florida . Si los muchachos de Javi Luaces, liberados de ese “estreñimiento” pertinaz que volvía al equipo pesado, lento, deslavazado y desacertado hasta la desesperación de cara a la portería…Si los gualdinegros, decía, son fieles a sí mismos y obedientes a la doctrina de su entrenador, el encuentro, respeto aparte a un rival de lujo, tiene un claro favorito: este Club Portugalete que a las puertas de “su Copa” ante el Getafe visitó al Santurtzi , puso toda la fibra en el asador y se liberó en San Jorge de su preocupante estreñimiento. Nunca el fútbol dejó tan claro que, por encima de todas las definiciones, es un `juego curativo`.

Firmado: Ainhoa Barroeta Gil